Manifiesto

MANIFIESTO DEL DÍA DEL TEATRO UNIVERSITARIO 



Cartel del Día del teatro universitario
Cuando un joven estudiante entra en la universidad y decide embarcarse en la peligrosa aventura de participar en un aula o en un grupo de teatro universitario, no es consciente de las terribles consecuencias de su decisión. Si un joven se integra en la comunidad de teatro universitario de su ciudad, corre el riesgo de aprender a luchar por un proyecto cultural. De comprometerse con la sociedad en la que vive. De aprender a no conformarse.  Y lo más peligroso de todo: corre el riesgo de empezar a mirar el mundo desde una perspectiva propia, crítica e independiente. 

Lorca llegó a decir mientras inauguraba una biblioteca en un pueblo de Granada que si él se encontrara en la calle no pediría un pan para comer. Pediría medio pan y un libro. Y con ese argumento arremetía contra aquellos que se centraban -y se centran- en reivindicaciones económicas menospreciando la cultura. Para él, ir al teatro era una forma de sobrevivir a la intención de los poderosos de hacer que el pueblo sea esclavo de su organización social. Y las universidades de las que formamos parte tienen ese mismo deber: reivindicar y potenciar el teatro como una herramienta de cambio y de progreso, y no tratarla como la más peligrosa de las artes y postergarla al último lugar de su lista de intereses.

El teatro universitario es imaginación. Es imaginación porque es teatro y es imaginación porque sobrevive. Porque nace del entusiasmo, de la solidaridad entre sus miembros y de las ganas de contar historias. Sobrevive porque la necesidad de creación artística que existe en actores, directores y dramaturgos es más fuerte que cualquier crisis. 

Debemos luchar por un teatro universitario reconocido e integrado en la vida de nuestras ciudades, que esté al servicio de una sociedad a la que enriquezca con propuestas culturales diversas. Es una herramienta de formación, no una actividad más a la que dedicar unas cuantas horas de ocio. 

Por todo esto hay que hacer posible que el teatro se extienda por las aulas de todas las universidades, pues una universidad en la que fluye el arte es más rica y mucho más divertida y, lo que es más importante, es capaz de hacer a sus alumnos más inteligentes y críticos. Ahora, más que nunca, tenemos que recordar que el teatro es asamblea. Es un lugar al que el público acude convocado por los actores, directores y dramaturgos, para presenciar la escenificación de todos los mundos posibles en busca de aquello que a todos nos interesa: nuestra realidad, nuestro presente. 

La gran máscara del teatro desenmascara todas esas ficciones cotidianas que nos impiden ver los problemas que amenazan realmente a nuestra sociedad. Y es por eso por lo que hoy nos encontramos todos convocados aquí, para luchar por un teatro más fuerte, más crítico, más capaz de dar respuesta a los interrogantes que nos plantea la vida. Para luchar por esta máscara que desenmascara, nos hemos convocado hoy aquí, y para ello nos seguiremos convocando día tras día en nuestras salas de ensayo y todos los teatros de la ciudad. Quedáis todos invitados a participar de este gran mundo que es el teatro. 

 Electra Teatro Universitario 
13 de abril de 2013 
Plaza de Anaya, Salamanca


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